domingo, 13 de abril de 2014

LA MALDICIÓN DE SER MUJER


Una asociación británica ayuda a jóvenes obligadas a casarse para evitar ese horrible futuro.  Les recomiendan esconder una cuchara en la ropa interior de cara a un viaje en avión.  Esto ha salvado el destino al que muchas niñas y adolescentes iban encaminadas: a un matrimonio forzoso.El procedimiento es el siguiente: Al pasar por los controles  la presencia de metal en la ropa interior alerta a los encargados de la seguridad, llevan a la niña a una sala donde puede denunciar los hechos sin que sus padres estén delante.

La práctica de los matrimonios infantiles es común en muchas partes del planeta, no es exclusivo de ninguna religión o sociedad en concreto. A pesar de las leyes que lo prohíbe,  las tradiciones culturales se resisten a desaparecer. Si la tendencia actual continua más de 100 millones de niñas serán casadas a la fuerza en la próxima década. Las niñas que sufren esta actividad son obligadas también a abandonar la educación por completo.

Las niñas son vistas habitualmente como un estorbo y las familias “las venden” por varias razones: tal vez porque no pueden darse el lujo de alimentar al resto de sus hijos, por crear alianzas familiares o por liquidar deudas. Estos matrimonios  suelen ir acompañados de abusos hacia la menor, maltrato físico e incluso pueden conllevar su muerte. Las familias que venden a sus hijas, privándolas de libertad y educación no se dan cuenta de que la reducción de la educación de las niñas solo alarga el ciclo de pobreza de su país.

La tasa de matrimonio infantil está bajando… pero ¿Queremos esperar 50 o 100 años más hasta que este problema desaparezca?  Tenemos que hacer que el cambio sea más rápido. La infancia no está para cocinar, limpiar o tener hijos. Es para disfrutar, jugar y tener amigos.

Este es un problema gigante que, en mi opinión, se nos escapa de las manos. Los lugares en el que estas actividades son realizadas se niegan a evolucionar hacia el respeto a las mujeres.  Desde Europa debemos hacer algo, al menos no dejar que esos casos sigan ocurriendo. Que todas las niñas en esta situación que suban a un avión se pongan una cuchara y consigan que las aparten para ser examinadas.


Este es un vídeo relacionado con el tema. Una niña que logró escapar de uno de esos infernales matrimonios.

                                                    Victoria Domínguez 4ºA

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